domingo, 27 de febrero de 2011

Diseño, Nosotros y el Mundo

Diseño, Nosotros y el Mundo


“el mundo no puede evolucionar más allá de su actual situación de crisis utilizando el mismo pensamiento que creó esta situación” Albert Einsten.

La revolución industrial, que comenzó hace más de un siglo, creó el mundo tecnológico moderno en el que vivimos. Pero es momento de que miremos el espectro desde un  punto más amplio, si tomamos como referencia su productividad y su prosperidad, la economía industrial moderna está plagada de errores y fallos de funcionamiento, que no se planearon hace 100 años cuando comenzamos con esta carrera de generación de riquezas y bienes, este avance hacia la economía actual ha llevado a cambios sociales muy trascendentes, algunos han ayudado a mejorar y otros han empeorado muchos aspectos. No cabe duda decir que la revolución industrial ha creado muchas riquezas y  ha mejorado el bienestar material de mucha gente, siendo este de las mayores herencias de la revolución industrial. Pero al mismo tiempo ha generado un impacto social negativo, generando  una tendencia a concentrar riqueza en bolsillos de unos pocos, lo cual lleva como consecuencia a la desigualdad social.


Desde un punto de vista medioambiental, esta carrera por la industrialización produce anualmente toneladas de químicos tóxicos, desde el inicio de la industrialización del planeta el ser humano ha arrojado a la atmosfera más de 70.000 sustancias toxicas en su entorno*1, y de muchas de ellas sabemos muy poco. Esto se ha generado debido a la evolución misma de nuestros sistemas de manufactura, que mantienen usos intensivos de energía, centro y cuerpo del poder de la industria, debido a nuestra falta de fuentes utilizables de energía, dicha energía tan fundamental para el sistema completo solo ha sido obtenida a través de los años,  primero en el vapor y hace ya mucho tiempo, en la explotación de combustibles fósiles, también estos mismos medios de manufactura requieren de la extracción y la apropiación de ecosistemas enteros y de depósitos geológicos. La producción y el uso de bienes de consumo por estos sistemas industriales generan enormes  cantidades de residuos, que día a día se acumulan en rellenos sanitarios, mares, ríos y en la atmosfera.


El impacto causado por estas prácticas incluye en estos últimos años la mayor tasa jamás alcanzada de extinción de especies, y el cambio climático de la tierra, convirtiendo al desarrollo industrial en la primera fuerza geológica, biológica, y química del planeta tierra.

Estas condiciones tan extremas que ha generado la industrialización de los procesos productivos plantean muchas inquietudes, para hacerle frente a los retos que trae el futuro para el planeta y sus ocupantes, y al ser nosotros lo seres dominantes del planeta tierra, estamos prestos a tomar la iniciativa para lograr cambios y poder prosperar con el ambiente y con los demás seres de la tierra. Pero antes de lograr dicha armonía hay que empezar por mirar hacia atrás y preguntarnos viéndolo desde nuestro punto de vista ¿Quién diseñaría, pensaría o pondría en práctica un sistema (Revolución Industrial) con errores tan grandes? Esta sería la pregunta más lógica para comenzar a analizar las causas y razones que nos han llevado a hacer las cosas tal como las hacemos ahora. La respuesta a la que llegaríamos después de analizar muchas cosas seria que nadie nunca haría semejante cosa, esta situación de la que se deriva nuestra economía industrial no se sentaron a diseñarla ni un ingeniero ni un arquitecto ni  un diseñador, surgió, como resultado de una serie de decisiones y actos, unos pequeños e insignificantes, otras grandes e importantes que nos han llevado paso a paso hasta donde nos encontramos.


Teniendo en cuenta esto podríamos decir que nos encontramos en un sistema diseñado por nadie,  que nadie pensó detenidamente y que nunca fue pensado para trascender hasta nuestros días, y al que nadie controla. A nuestros días solo hemos descubierto una pequeña parte de los problemas medioambientales y de otros tipos creados por los procesos usados desde sus inicios hasta nuestros días, pese a lo cual, la reacción de la humanidad ha consistido en seguir como lo estábamos haciendo, aplicando métodos o teorías tales como las de “final de Tubo” que aunque alargan el tiempo en el que se genera el impacto siguen generando impacto, para afrontar este situación amenazadora para la raza humana se deben tomar en cuenta posiciones como las de William McDonough quien plantea:

“Vemos un mundo con más abundancia que limitaciones. En medio del barullo de tanta cháchara sobre reducción del impacto ecológico de los humanos, ofrecemos una visión distinta. ¿Qué pasaría si los humanos diseñáramos productos y sistemas que celebraran la abundancia de la creatividad, la cultura y la productividad humanas? ¿Qué fueran tan inteligentes y seguros que nuestra especie dejara una huella ecológica para el disfrute, y no para la interpretación?”*2

Para traducir mejor estas palabras se puede tomar como ejemplo  las hormigas del planeta, que en conjunto suman una biomasa mayor que la de los humanos, las hormigas han sido increíblemente  industriosas durante millones de años. Y, sin embargo, su productividad es beneficiosa para las plantas, los animales, y el suelo. Si esto se compara con la industria humana ha funcionado a pleno rendimiento apenas algo más de un siglo, pero ha provocado el declive de prácticamente todos los ecosistemas del planeta en mayor o menor  grado, lo cual habla mucho de nosotros y de todos nuestros procesos de creación diciéndonos claramente que la naturaleza no tiene inconvenientes de diseño, los problemas los tenemos nosotros.


Para ampliar el punto podemos tomar el ejemplo más claro de las pautas para diseñar la revolución industrial del libro cradle to cradle de Mcdnough y Braungart que dicen:


Diséñese un sistema de producción tal que:


  • ·        Cada año, se expulsan miles de millones de kilos de materiales tóxicos al aire, al agua y al suelo.

  • ·        Se fabriquen algunos productos tan peligroso que requieran vigilancia constante por parte de las futuras generaciones.

  • ·        Tenga como consecuencia la generación de cantidades gigantescas de desechos.

  • ·        Se entierren por todo el planeta materiales valiosos que jamás podrán ser recuperados.

  • ·        Se requieren miles de complejas normativas legales, no para mantener intactos los sistemas naturales y las personas, sino para que no se envenenen demasiado rápidamente.

  • ·        La productividad se mida por la poca gente que trabaja.

  • ·        La prosperidad sea creada a base de  destruir o reducir los recursos naturales, que luego serán enterrados o quemados.

  • ·        Se reduzca la diversidad de especies y culturas.

Esto resume la idea de cómo hemos venido llegando a donde a donde nos encontramos , planeado o no, los resultados son los mismos, los elementos de la industria han generado una situación de conflicto que si no se toman decisiones pragmáticas al respecto nos van a llevar a una situación muy desfavorable para la reza humana y sus futuras generaciones, es hora de plantar cara al reto y pensar más naturalmente para poder vivir naturalmente.


"Si queréis ir rápido, id solos si queréis ir lejos, id juntos" Proverbio Africano

Bibliografia:



-BAUDRILLARD, Jean. “Críticas de la economía política del signo”  Capítulo; “Diseño y entorno o la escalada de la economía política” Editores, Siglo Veintiuno. México 2002.

-MARX, Carlos. “Contribución a la crítica de la economía política”  Capítulo ·1:Producción, consumo, distribución, cambio (circulación). Editorial Progreso. 1989.
-HUSTWIT, Gary. “Objectified” Registro audiovisual. 2009.

-LEONARD, Annie. “The story of stuff” Registro audiovisual. 2007.

-DANNORITZER, Cosima. TVE. “Compra- tira- compra”.

- MCDONOUGH y BRAUNGART, Cradle to Cradle, Editorial Mc Graw Hill. 2009 *2

- WEISMAN, Alan. El Mundo Sin Nosotros, editorial Debate 2007

- GORE, Al. Nuestra Elección: Un plan para resolver la crisis climatica. Editorial Gedisa.2009 *1